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INTRODUCCIÓN PINTURA NEOCLASICISTA
La pintura neoclasicista tuvo como tema central la antigüedad grecoromana. A la manera de escenificaciones teatrales se diseñaban las figuras en una posición fija, como detenidas en medio de una solemne representación. En la pureza de las líneas y la simplificación de la composición, se buscaba una belleza deliberadamente estatuaria. Los contornos eran claros y bien marcados, los colores puros y realistas, la iluminación límpida.
Las figuras se veían rígidas, faltas de vida, y sus rostros totalmente inexpresivos, simulaban máscaras de la antigua tragedia griega. Las túnicas y las capas caían en pliegues pesados y angulosos cubriendo las formas del cuerpo. Un marco arquitectónico cerraba la composición hacia atrás y a los lados. La función narrativa era interpretada como una gélida escenificación. El hecho histórico se subordinaba a la teatralización, a la captación de un momento ya muerto. Poco después surgiría el romanticismo con toda su carga de pasión y libertad.
Algunos de los neoclasicistas incurrirán en caminos cercanos a la temática romántica como Ingres, o se inclinarán finalmente por el nuevo movimiento, como hace Gericault. Y por momentos, compartiendo un gusto por los temas exóticos y patrióticos, si no fuera por la línea limpia de uno contra el trazo cargado de nervio del otro, sería difícil definir un límite claro que separase el discurso de ambas corrientes artísticas.
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